5 de enero de 2009

PowerPointología

La PowerPointología es una ciencia moderna, con un cuerpo de conocimientos en expansión y con escasa tradición investigadora, por el momento. Cada vez tiene más seguidores. Como toda ciencia, consta de un objeto de estudio y un método.

Hace un par de semanas tuve la suerte de asistir a una conferencia sobre la implantación de las tecnologías de la información en personas de avanzada edad. Es un asunto muy importante porque se trata de un segmento de población donde la brecha digital puede ser sangrante.

La ponencia estaba apoyada en un montaje minuciosamente calculado. En realidad, aquello derivó hacia otros derroteros. El binomio proyector multimedia + PowerPoint se convirtió en el argumento central de la charla. Desde los primeros minutos me temí lo peor. Una hora más tarde lo pude confirmar. Algo raro estaba pasando.

El conferenciante demostró un conocimiento exhaustivo de este recurso. La presentación constaba de 45 diapositivas con todo lujo de efectos visuales y sonoros. Había fundidos espectaculares, muy bonitos. No faltaba ninguno. Transiciones a mansalva, barridos multidireccionales, elementos móviles que emergían y desaparecían por arte de magia... Una enorme masa textual invadía cada fotograma. El tamaño de las fuentes era minúsculo y el ritmo de la charla muy acelerado. La paleta de colores no daba abasto. El aspecto era el de una gran exhibición pirotécnica pero con 'pólvora' digital.

En un momento dudé si estaba en aquella conferencia o en la inauguración de los Juegos Olímpicos. Luego pude comprobar que no fui el único que tuvo esa misma percepción. No es la primera vez que me pasa. Terminada la charla, me dirigí al ponente y lo felicité por su brillante y seductora proyección. Sin embargo, un anciano analógico que estaba a mi lado puso el dedo en la llaga: ¿Por favor, me puede usted decir de qué iba la conferencia? ¡Muy agudo!

Siempre he pensado que el coche, como medio de transporte, ha sido un gran invento. Incluso, habiendo accidentes, nadie se cuestiona su utilidad. Ese mismo coche, utilizado con riesgo y sin precaución, puede poner en peligro la integridad física de las personas. Cada día veo motoristas atrevidos que se esmeran en demostrar sus 'habilidades' sobre las dos ruedas.

El cañón multimedia es un magnífico invento. PowerPoint, también lo es. La cuestión de fondo es que ambos son medios, no fines. Es importante no perder de vista esta perspectiva. El problema se agudiza cuando un artillero con excelente puntería usa el armamento, sin tregua, para lanzar cargas con munición enriquecida. El resultado es letal.

Bendita paz.