7 de diciembre de 2009

TeleTwittercomunicación

Dos titulares de prensa:

"La mitad de los españoles gasta más de 75 euros al mes en telecomunicaciones"

"'Twitter', afrodisíaco para Demi Moore y Kutcher"

La primera noticia se refiere al gasto que se realiza en España en telecomunicaciones de carácter personal. Me sorprendió saber que somos los primeros de Europa. Y eso que estamos en crisis. En todo caso, tampoco es extraño porque somos bastante charlatanes. Anteayer estuve más de media hora pegado al móvil debatiendo con otra persona las ventajas del azúcar moreno frente al blanco... Después de aquel gasto inútil, nos vimos brevemente en una cafetería para tomar un barraquito con sacarina.

En la segunda se refleja algo que es más común de lo que parece. Cada vez hay más gente que dentro de su propia casa se comunica entre sí utilizando tecnologías o redes que fueron concebidas para largas distancias. Como todo, tiene su ventaja. Si el aliento está impregnado de una atmósfera de cebollas o ajos, este método puede ser muy útil porque nos permite mantener la comunicación sin tener que mirar para otro lado. De camino, también se ahorra pasta de dientes. En este contexto, el medio es el mensaje. Ya lo dijo hace tiempo McLuhan.

Aunque el sentido de mis palabras pueda sonar a crítica, participo de esta nueva forma de comunicación interpersonal.

Recuerdo que en la última Eurocopa de Fútbol estaba una noche en compañía íntima de una persona especial. Como no me quería perder aquel partido antológico, le envié un sms que ya tenía preescrito en mi teléfono. No pasaron dos segundos, recibí su atenta respuesta mediante otro sms que ella también había programado desde mucho antes.

En ese encuentro, tanto el trio arbitral como el cuarto árbitro disponían de pinganillos para comunicarse a distancias cortas. Aún hay más. Una de las tantas emisoras de radio que transmitía el partido habilitó un sistema de línea microfónica interior para comunicar entre sí a los comentaristas que compartían el mismo locutorio. Por tanto, hablar entre iguales dentro de un mismo entorno se está convirtiendo en algo tecnológicamente usual.

Bendito barraquito.