1 de diciembre de 2009

¿Qué periodismo?

En estos días, el triste y luctuoso acontecimiento recaído en Aitana, una niña del sur de Tenerife, ha conmovido a la opinión pública. Lo más grave es que ese estado de clamor popular y de linchamiento colectivo hacia el compañero de su madre se ha basado en informaciones cuya base no se correspondía con la realidad. Es muy grave que la prensa se convierta en un poder judicial paralelo, sobre todo cuando la verdadera Justicia aún no ha esclarecido la verdad de los hechos.

El asunto reviste la suficiente trascendencia como para hacer una profunda reflexión, tanto en las facultades de Periodismo como en las direcciones y redacciones de los medios informativos.

Una primera evidencia. En Canarias no se hace periodismo de investigación y, mucho menos, de precisión. Estas dos formas de indagar la realidad han quedado relegadas a los manuales teóricos, con desperdicio de sus nobles virtudes y efectos. En la práctica, nadie investiga. Todo va muy deprisa. El periodismo de moda es de despacho, agencias o gabinetes de prensa. Se reproduce lo que otros reproducen pero casi nadie hace ese triple contraste de las fuentes. ¡Qué pena!

La segunda evidencia tiene relación con la anterior. Parece como si hubiese un contubernio o matrimonio de conveniencia entre la prensa y el poder. Yo te necesito y tú me necesitas. Así que, cuidado con lo que dices. Si no hablas mal de mí, te contrato unos espacios de publicidad para que sigas sobreviviendo...

Un día intenté hacer una crítica constructiva del Tranvía en una radio local y me excomulgaron para siempre. Hasta Don Pepe sabe de lo que hablo.

Benditos juicios.