31 de diciembre de 2009

Corbata

Me ocurrió la otra tarde mientras ojeaba artículos en distintas plantas de un centro comercial. Mi primera intención no era comprar sino ver. Lo hago con frecuencia porque me relaja y entretiene. Mucho menos, mi propósito en aquel lugar era el de vender algo. Fue una vivencia curiosa, que se prolongó durante más de dos horas.

Esa tarde yo iba vestido con traje de chaqueta, uno que heredé de mi padre. Para ir más elegante y abrigado, se me ocurrió anudarme una corbata que había comprado en Milán, a dos palmos del Duomo, muy cerca de donde le rompieron los dientes a Berlusconi. Era de seda natural, con unos cuadritos muy simpáticos. Hasta ahí, todo perfecto. El asunto comenzó poco después.

Cuando me encontraba en la planta baja, se me acerca una señora muy agraciada y me dice que si le puedo vender un bolso de marca. Le dije que todos los que quisiera porque yo no era empleado de aquella tienda. La señora me pidió disculpas pero me seguía mirando con ojos de incredulidad y con cierta complicidad.

Luego subí a otra planta para echar un vistazo a unos regalos que debo dejar a un ahijado. De pronto, me aborda una dama solicitándome el precio de una 'Barbie' para su hija. Le puede decir cuánto valía gracias a una etiqueta llamativa que me sacó de aquel apuro. Fue muy amable conmigo. Al darse cuenta de que yo era un cliente como ella, me brindó una cálida sonrisa.

Después descendí varias plantas para examinar una prenda de lencería muy bonita. Se trata de un capricho inexcusable que suelo regalar por estas fechas. Aún no había aterrizado allí, me aparece otra 'Barbie' y me pregunta por la talla de aquella prenda. En ese momento, la corbata casi me asfixia.

Para estabilizar la tensión arterial, subí de nuevo hasta la planta de productos electrónicos. Mientras sorteaba los expositores, me interpela un cura vestido de paisano que deseaba compatibilizar Windows 7 en su Mac de última generación. Le indiqué que podía hacerlo de forma nativa o mediante una máquina virtual. Aquella santa criatura me dio las gracias y todo tipo de bendiciones. Antes de despedirse me preguntó cuál era mi turno de trabajo por si tenía que hacerme una nueva consulta. Le expuse que yo no era Linux y que tampoco trabajaba allí pero él pensó que se trataba de una mentira laica. La corbata ya me tenía desesperado.

Así en otras plantas. En cada una me aparecía un potencial cliente y es que todos establecían un vínculo inequívoco entre corbata y vendedor. Por donde único no pasé fue precisamente por la sección de corbatas, no sea que alguien pretendiera que le vendiera una.

La experiencia fue muy gratificante porque, sin proponérmelo, me permitió hacer relaciones públicas espontáneas y conocer a más gente aunque no vendiera ni un céntimo. Aquella tarde, mi cartera de conocidos se expandió exponencialmente.

Esta noche, usaré una pajarita para recibir el nuevo año. Felicidades.

Bendito nudo.

30 de diciembre de 2009

Azúcar

En su justa medida. Ni hiper ni hipoglucemia.

El asunto tiene que ver con una experiencia personal que sucedió en la cafetería donde desayuno habitualmente. No lo hago en casa porque me sale más caro. Un día se me ocurrió realizar un sencillo cálculo de economia aplicada y obtuve que es más barato desayunar fuera. Al precio de la leche le sumé el del café. Al coste del butano le agregué el del agua y el detergente para lavar la loza. Cuantifiqué la mano de obra, más el mantenimiento del lavavajillas y el consumo eléctrico. La conclusión fue inmediata: desayunar en casa es una ruina.

Incluso, ahorro con el azúcar. La razón es muy sencilla. No me gustan los productos excesivamente dulces. Si el café con leche lo acompaño de algún pastel, ya la dependienta sabe que no necesito ningún sobre. Es tan buena profesional que conoce mis gustos. El otro día, mientras me atendía con la amabilidad de costumbre, me sirvió el desayuno sin los dos sobres preceptivos. El encargado se percató de su 'olvido' y la reprobó por aquel lapsus.

Intervine de inmediato para aclarar la cuestión, persuadiendo a aquel señor de que la camarera era una excelente profesional. Sabía personalizar la atención al cliente: para ti tres sobres porque eres goloso y para mí ninguno porque soy así. Ojalá encontremos en todos los servicios de restauración un personal que nos trate a la medida.

Bendito terrón.

29 de diciembre de 2009

'Volare'

Titular de prensa:

"Prohibido levantarse y usar el mp3"

Siempre que la escucho me fascina. Es 'Volare', posiblemente una de las canciones italianas más populares y conocidas. Nació en 1958, en el Festival de San Remo.

En aquella época no existía el mp3 ni había sabotajes en los aviones. Era un mundo menos globalizado, más sencillo y tranquilo. Acaso la incertidumbre de la Guerra Fría ponía una chispa caliente entre los cielos de oriente y occidente.

Cincuenta años después gozamos de un sinfín de artilugios tecnológicos que nos acompañan y abruman: el DVD, el pendrive, la telefonía móvil, la PSP, el bluetooth... Pero cincuenta años después nos siguen dando ganas de orinar cuando vamos en un avión o de escuchar 'Volare' cerca de los cirros. A partir de ahora ya no lo podremos hacer.

Si viajar en avión supone un riesgo, una estrechez y una angustia, mucho más lo será si no me dejan ir al servicio después de haber ingerido una par de 'garimbas'. Siempre que subo a un avión me doy cuenta de la inutilidad estadística de los chalecos salvavidas. En contadísimas ocasiones se usan. Con las nuevas medidas de seguridad, lo suyo sería sustituir esos chalecos o habilitar bajo los asientos bolsas recolectoras de orina, similares a las que se usan en los hospitales. De esta manera, cada pasajero adaptaría la sonda a su organismo para viajar sin una preocupación añadida.

Como alternativa al mp3 se me ocurre que lo más idóneo sería que el pasaje fuera cantando mientras dura el vuelo, excepto en las maniobras de despegue y aterrizaje.

Bendito San Remo.

28 de diciembre de 2009

Ciberaccesos

Dos titulares de prensa:

"Los cibercafés, en peligro de extinción"

"La mitad de los hogares no tiene Internet por el coste en España"

Cuando leí estos titulares por primera vez, me costó armonizar ambas noticias. Lo digo como consecuencia de un razonamiento muy sencillo. Si los cibercafés están en peligro de extinción será porque cada vez hay más gente que accede a internet desde su casa. Sin embargo, la segunda noticia me confirma que no es exactamente así, sobre todo, por el alto precio impuesto en España.

Son raras las veces que he entrado en un cibercafé. Las contadas ocasiones que lo he hecho han sido con motivo de un viaje. En los que he estado, sólo eran 'ciber' o locutorios telefónicos. El café me lo he tenido que tomar en el bar de enfrente. Me decía el otro día un encargado de estos locales que la facturación diaria y, por tanto, la supervivencia de este servicio obedece más a llamadas internacionales hechas por inmigrantes que a la navegación a través de la red.

Siempre he escuchado que el acceso a internet es caro en España. Tengo suscrito un contrato con un operador de telefonía y pago alrededor de 60 euros al mes para satisfacer esta necesidad de comunicación con otros. Eso, sin contar con los 60 que me cuesta cada año un antivirus decente. Por tanto, cuando desde el poder político me hablan del acceso universal a la Sociedad de la Información y el Conocimiento, pienso que alguien me está tomando el pelo. El acceso a internet es menos democrático de lo que dicen, mucho menos que aquella idea 'humanitaria' que alumbró Tim Berners-Lee en aras de que no existiera ninguna brecha digital.

Lo que hago ahora es más pintoresco y económico. Ni voy a un ciber ni ya me suelo conectar desde mi casa. Habitualmente, lo hago desde lugares públicos que me ofrecen WIFI o cualquier otra alternativa de conexión. Siempre voy con mi minúsculo ordenador o uso uno del prójimo cercano. Unas veces accedo desde el tranvía, donde el viaje es un simple pretexto. En otras, desde lugares que no voy a citar no sea que me priven de este chollo. Si se quiere que internet sea popular y esté al alcance de todos, habría que ofrecerlo gratuitamente desde entornos de afluencia masiva: colegios, universidades, bibliotecas, puertos y aeropuertos, playas, iglesias, cafeterías, guachinhes, grandes superficies, ambulatorios... El otro día pude observar en el parabrisas de un vehículo una octavilla con un anuncio de una casa de citas. Lo más novedoso es que ofrecían WIFI sin sobrecargo. Hay almas bondadosas que cuidan los mínimos detalles.

Bendito café.

26 de diciembre de 2009

Mensaje Real

La noche de Nochebuna fue menos estruendosa que la de años anteriores. Lo pude comprobar a través de dos indicadores externos:

  1. La disminución en el lanzamiento de petardos
  2. La crisis de los mensajes de felicitación por sms

Por contra, me confortó y me preocupó el Mensaje de Navidad del Rey. Fue Real (con mayúscula) en todos los sentidos. Real por su procedencia y Real por lo que dijo. Lo escuché cuando fue emitido y lo he releído varias veces. De todo él, me quedo con varias llamadas de atención:

  1. El tirón de orejas a los políticos (gobernantes y oposición)
  2. La invocación al sentido de Estado
  3. El pacto nacional por la Educación
  4. El reclamo de la honradez
  5. El esfuerzo para superar la crisis
  6. El papel de España en el mundo
  7. La unidad territorial bajo el marco de la Constitución

Cuando el Rey incide en estas insuficiencias del sistema, la pregunta que me hago es qué valor tiene mi voto cuando, cada cuatro años, en un domingo electoral deposito mi confianza en aquellos a los que el monarca 'reprueba' públicamente.

Bendita realidad.

24 de diciembre de 2009

¡Feliz pata negra!

Cada año, cuando llega este día, una de las primeras compras que hago es 315 gramos de jamón de Guijuelo y 280 de chorizo de Salamanca. El coste lo pago con los ahorros que voy almacenando en mi vieja alcancía. Siempre lo compro en el mismo sitio, que destaca por la calidad y variedad de sus embutidos y por la amabilidad de sus dependientes.

Cada día del año deposito en la hucha 10 céntimos para este menester. No los ingreso en una entidad bancaria porque me cobran comisión. En esta ocasión, el jamón estaba a 92 euros el kilo y el chorizo a 17. Así que, de los 36 euros y 50 céntimos que había ahorrado durante 365 días, aún me han sobrado 2 euros con 76 céntimos para otros caprichos.

En años anteriores tuve que hacer una cola inmensa antes de efectuar la compra. Este año ha sido más ágil. No había nadie delante de mí cuando llegué ni detrás cuando me fui. Los que sí hacían cola eran los jamones, esperando la entrada de un potencial cliente. Me despacharon muy rápido y me desearon todo tipo de felicidad en orden a superar esta crisis.

Cuando me ausenté de allí, oculté celosamente el jamón en una bolsa hermética y disimulada. Estuve en varios lugares públicos antes de llegar a mi casa y mi temor era que pudieran privarme de él como se quiere hacer ahora con algunos símbolos arraigados. Para mí, la pata negra es un símbolo sagrado, respresentativo de la concordia y el buen gusto, como otros...

Siempre he manifestado mi profundo respeto por los que comen 'chorizo de perros'. En ocasiones, lo hago y me encanta. Por eso, también pido que se respete mi convicción y reverencia hacia la pata negra.

Bendito ahorro.

23 de diciembre de 2009

Lotería

78294. Si me hubiese tocado no estaría escribiendo ahora estas boberías.

En el momento de salir El Gordo me encontraba desayunando en una cafetería anticrisis. Casi se me atraganta el bocadillo de pata negra que ya tenía hipotecado. El asunto era que, a mi lado, estaba una secretaria de alta dirección que frecuenta aquel lugar. De pronto, dio un salto sobre el mostrador que me conmovió. Pensé que le había tocado el primer premio. Nunca había visto unos tobillos a unas micras de mi retina. Por si acaso, la miré con más dulzura y condescendencia que otras veces. Pero no fue así. Había jugado un número cercano al 10104, que resultó agraciado con el tercer premio.

Pronto comprendí el motivo de su éxtasis aleatorio. Me explicó que ella tenía varios décimos del 10124 y que por 20 unidades de diferencia se quedó con las ganas. Ese mismo argumento se habrá repetido ayer en cientos de lugares y con miles de personas, como si las bolitas del bombo estuviesen alineadas secuencialmente unas detrás de otras. El que no se consuela es porque no quiere.

Intenté tranquilizarla con un ejemplo que me resulta conocido. Le dije que veinte números más abajo de donde vivo habita un petudo que ronca y no deja dormir al vecindario. Hay otras suertes, otros azares y otros placeres. La invité a desayunar y sucribí con ella la segunda hipoteca. Los 20 euros de mi reintegro terminado en 4 se quedaron en aquella cafetería mucho antes de que concluyeran los cantos de los niños de San Ildefonso.

En tiempos de crisis, la gente busca en la lotería o en las máquinas tragaperras la consolidación de su tranquilidad emocional y vitalicia. Sin embargo, hay otros sorteos de incalculable valor: la salud, la familia, la educación, el trabajo...

Bendita suerte.

Clase política

Titular de prensa:

"Los políticos son ya el tercer "problema" nacional"

De seguir así, constituirán el primer problema. Es alarmante que la política se esté convirtiendo en un servicio endogámico y no en un servicio social. No acabo de comprender que algunos individuos dedicados a esta hermosa tarea no dimitan cuando han sido condenados por la Justicia. Y menos entiendo que los partidos que les dan cobijo miren para otro lado en un acto de incomprensible 'solidaridad' corporativa.

Me gustaban más los mandatarios de antes: Adenauer, De Gaulle, Gandhi... Representaban una verdadera clase. Ahora hay mucha fotocopia. Como ciudadano, deseo que los políticos que gestionan mis inquietudes y mis necesidades sean un espectro intachable, honrado y transparente.

El lugar de algunos 'chorizos' no es la política. Estarían mejor en una charcutería. En un país democrático y moderno, la clase política no debe ser un nido de fracasados, insolventes e ineptos. Antes bien, se espera que ella sea la atalaya de gente brillante, comprometida y sensible.

Bendita clase.

22 de diciembre de 2009

Regalos

Titular de prensa:

"El 80% de los españoles reduce su gasto para regalos"

Si sólo leyera el titular podría inferir que los españoles son más responsables y sobrios en el gasto. Sin embargo, en el desarrollo de esa información se refleja la cruda realidad.

También podría valer este otro:

"La gente quiere gastar pero la cosa está jodida"

Y eso que este año una parte de los regalos los enviará el presidente en forma de preciosos ordenadores escolares. Los 11 millones de euros, de los cuales Canarias aporta la mitad, son un buen obsequio que aliviará muchos bolsillos.

¿Quién dijo crisis?

Benditos Reyes.

21 de diciembre de 2009

Autoridad avalada

Titular de prensa:

"Las familias avalan que el docente sea autoridad pública"

La noticia no deja de ser curiosa. Precisamente, todos los esfuerzos en orden a otorgar al profesorado la condición de autoridad pública surgen por una crisis de autoridad familiar. Si muchos alumnos no respetan a sus padres, qué se puede esperar hacia los profesores. Si muchas familias han perdido el valor de la autoridad y del respeto, qué se puede esperar en su relación con la escuela.

Sólo me falta escuchar que también se otorge a la familia la consideración de autoridad pública. Si eso ocurriera, habría más ciudadanos revestidos de ese carácter que sin él. Sería dar un paso adelante (?) en busca desesperada de un nuevo modelo de sociedad: la sociedad policial.

La verdadera autoridad no se confiere por resolución administrativa. Se gana por valía personal, profesional, coherencia vital y consideración social. Las personas a las que respeto me ofrecen un ascendente de 'autoridad' por lo que son, no por el cargo que ocupan.

Bendita familia.

19 de diciembre de 2009

Autoridad pública

Dos titulares de prensa:

"Agredir a docentes y sanitarios se considerará un delito de atentado"

"La agresión a un profesor o un médico acarreará prisión"

Celebro con reservas esta iniciativa institucional.

Siempre he pensado que cualquier profesional cualificado (profesor, médico, arquitecto, camarero...) tiene que gozar del respeto y consideración social inherente a su actividad. Lo cierto es que, con el paso del tiempo y con la evolución (?) de las costumbres sociales, se ha focalizado el punto de mira de las agresiones profesionales hacia estos dos colectivos: docencia y sanidad.

Me preocupa que se agreda a alguien, en cualquier circunstancia y de cualquier modo. Pero especialmente me produce rubor si se hace hacia profesionales que están cumpliendo con un servicio social insustituible y esencial.

No sé qué intrepretación y alcance se le dará al concepto de 'agresión'. Entiendo que, además del ataque físico o verbal proveniente de padres, alumnos o pacientes, hay otras vejaciones que tienen su origen en el propio poder establecido. Recientemente, un señor importante (o que se cree importante) ha puesto en solfa la dignidad de un amplio colectivo funcionarial. ¿No es eso agresión?

Por eso, celebro con 'reservas' esta medida. Y también porque no se me escapa que cuando a alguien se le otorga institucionalmente un cuño de autoridad, se corre el riesgo de dar una paso más e invadir el terreno del abuso de autoridad. Durante mi actividad docente de más de treinta años he visto de todo, desde compañeros y cargos con mano derecha e izquierda hasta señores y señoras que interpretaban y asumían el lugar público de trabajo como un coto reservado de su 'legítima' propiedad.

Supondo y espero que esta decisión pondrá las cosas en su sitio. Lo plausible es que se considere y salvaguarde la integridad personal y profesional y se erradiquen algunos vestigios de feudalismo que aún quedan por ahí.

Bendito respeto.

18 de diciembre de 2009

HP

El número 1699 (14.12.09) de la revista El Jueves
presenta esta magnífica portada:

Desde aquí, felicito a Jesucristo por su dominio de la competencia lingüística y al ilustrador por su socorrido ingenio.

Viendo el estado de la sanidad, los esparadrapos le producen terror.

Bendita cruz.

PGO

Titular de prensa:

"Un informe fijará qué pasa con las casas fuera del PGO"

Nunca le había dado tanta importancia a esas siglas como ahora. Llevo varios días siguiendo este problema a través de la prensa. El asunto tiene que ver con numerosas viviendas 'fuera de ordenación' que hay en Santa Cruz.

Me resulta contradictorio que muchas de esas edificaciones hayan sido construidas con licencia municipal en toda regla y que ahora estén más allá de la legalidad urbanística.

Me dicen que su valor se ve mermado y me pregunto cuál es la solución. ¿Quiénes son los responsables de que esto haya sucedido?

  1. ¿El Ayuntamiento?
  2. ¿El arquitecto?
  3. ¿El promotor?
  4. ¿El propietario?
  5. ¿...?

Si una de estas casas se viene abajo y hay que construir de nuevo el edificio, ¿qué pasará con aquellos propietarios cuya anterior vivienda rebasaba la altura permitida?

  1. ¿Se les habilitará una nueva residencia en el sótano del garaje?
  2. ¿Compartirán vivienda con otros vecinos cuya cota está dentro de ordenación?
  3. ¿Se les ofrecerá una tienda de campaña?
  4. ¿Pernoctarán en el albergue municipal?
  5. ¿...?

Bendito plan.

17 de diciembre de 2009

Ligar

Titular de prensa:

"El 20% de los solteros aprovecha la cena de la empresa para ligar"

Hay gente que lo sabe hacer. Son especialistas. Se les da el asunto. Lo llevan de forma innata. Tienen éxito. Su autoestima es la mejor plusvalía. No pierden una oportunidad. Están en todas...

Mientras estuve en ese estado civil, nunca formé parte de ese 20%. Siempre aproveché las cenas de empresa para cenar. Mientras otros ligaban, yo cenaba. Y conforme seguían ligando, yo seguía cenando.

Bendita pareja.

16 de diciembre de 2009

Escoliosis

Titular de prensa:

"600 colegios corregirán las malas posturas de los alumnos"

Es un asunto preocupante al que pocas veces se le ha dado la importancia que tiene.

Celebro que desde varias instituciones se haya establecido este objetivo como preventivo y prioritario. Los malos hábitos posturales y de carga afectan a muchos alumnos desde edades tempranas.
Desde mi experiencia como docente, destaco tres elementos coadyuvantes al desarrollo de este problema. Los dos primeros son viejos y, por tanto, conocidos. El tercero es una nueva amenza si no se dan pautas adecuadas para evitar la amplificación del problema:
  1. El excesivo número de libros de texto que han de cargar los alumnos. No se entiende muy bien que con tantos soportes paralelos (internet, material de consulta virtual...) los niños tangan que soportar esa 'metralla' sobre su espalda.
  2. La inadecuación de los pupitres escolares a la talla de muchos alumnos. Cuando el niño o la niña no se sienten cómodos intentan retorcer su cuerpo en busca de una postura más adecuada que, a la larga, resulta lesiva.
  3. El próximo peso añadido de los ordenadores escolares prematuros. Si transportar la mochila con los libros constituye un martirio diario, dónde llevarán los alumnos el nuevo ordenador regalado.

Bendita carga.

Trasero

Titular de prensa:

"Los mejores culos de España"

La noticia me conmovió. Había una chica que lo movía con arte.

No pude participar porque, de pequeño, mi madre me dio una par de nalgadas bien despachadas y merecidas que me dejaron el trasero fuera de concurso.

Lo que queda de él ya no es un redondel sino una tabla.

Otra vez será.

Bendita nalgada.

15 de diciembre de 2009

Más Lengua

Columna de prensa local:

"La enseñanza de la Lengua"

Entrevista de prensa nacional:

"Pedro Luis Barcia «España ya no maneja la lengua de modo imperial»"

Ambos asuntos merecen su lectura y conjugación.

La competencia lingüística no es exclusiva de los profesores de Lengua. Antes bien, debe serla de todos los docentes porque es la principal herramienta educativa que tienen en sus manos (y en su boca).

Ahora que se ha vuelto a 'redescubrir' la importancia de las competencias básicas, sería oportuno hacer una reflexión sobre el papel que la escuela otorga a una de ellas: la lingüística.

En la entrevista que publica ayer el periódico ABC, Pedro Luis Barcia da un toque de atención sobre este asunto, donde precisamente la escuela no queda muy bien valorada:

- ¿El lenguaje periodístico es el que más ha pesado en la elaboración de esta Gramática?
- (...) Vos fijate que la unidad de la lengua depende esencialmente de dos factores: de la escuela y del periodismo. Pero como la escuela ha renunciado en gran medida a exigir una lengua correcta, queda el periodismo. Y en estos momentos la lengua periodística es buena.

Bendito panorama.

14 de diciembre de 2009

Mi abuelo, mi sostén

Titular de prensa:

"El abuelo, el único sueldo de la familia"

Una vez oí decir a Tonucci que unos de los problemas de las grandes superficies es donde poner a los niños y a los coches. Afortunadamente, ese problema está resuelto. Los coches disponen de un parking y los niños de un reducido espacio de ocio mientras los padres hacen las compras.

De los abuelos, muchas veces nos olvidamos, salvo cuando son estrictamente necesarios. Representan un problema sobrevenido, o el único salvavidas, según desde que óptica se mire. Son las dos caras de una misma moneda.

La disminución de la natalidad, el envejecimiento de la población y el alargamiento del ciclo de vida no eran una preocupación administrativa o institucional hace un siglo. Sí lo son en cualquier sociedad moderna. Hay que pagar más pensiones, durante más tiempo, y hay que habilitar lugares públicos para acoger a tantos ancianos que lo necesitan.

No obstante, este nuevo fenómeno social, en concurrencia con la actual crisis económica, ha determinado que muchos mayores ('desahuciados' por la sociedad y por otros poderes), de la noche a la mañana, se hayan convertido en el único sostén para muchas familias.

El abuelo y la abuela están dotados de ese sexto sentido que les permite administrar la economía familiar desde un estado de precariedad. Recuerdo que una de mis abuelas hacía milagros con poco o con nada.

Ahora conozco casos cercanos donde los hijos han abandonado el hogar paterno y están viviendo en casa (de/y de) sus abuelos.

Bendita generación.

12 de diciembre de 2009

Juegos

Titular de prensa:

"No hay que bajar la guardia con los juegos on-line"

Ni con los juegos ni con las redes sociales.

Muchos padres ignoran el peligro que supone dejar a sus hijos solos delante del ordenador ante programas supuestamente inocuos, detrás de los que puede haber otros intereses.

Cada vez son más los niños que se enganchan a las redes sociales y a los juegos 'on-line' sin control paterno y sin una evaluación de los riesgos que ello supone.

Bendita red

11 de diciembre de 2009

Tranvía 3

Columna de prensa:

"Pitos y aplausos al tranvía"

Hace unos días saltó la alarma. Un periódico de Tenerife publicó un adelanto del proyecto de construcción de la línea 3, que atravesaría Santa Cruz de oeste a este.

El eco de esta noticia resonó de inmediato. Taxistas y conductores de guaguas, así como numerosos ciudadanos, pusieron el grito en el cielo. El Cabildo dice que no es una prioridad en este momento. En el Ayuntamiento hay opiniones diversas.

El coste de la obra tiene un presupuesto inicial de 100 millones de euros, una 'cagarruta' en periodo de crisis. Por donde pasa el caballo de Atila no crece la hierba. Sin embargo, por donde pasa el tranvía sí crece, se resiente la actividad comercial y se produce una constricción del espacio urbano muy significativa. El tranvía es el mayor depredador que tienen otras alternativas del transporte público urbano. Lo curioso es que, mientras se construye, todo son críticas. Una vez en marcha, nadie deja de cogerlo.

Bendita línea.

10 de diciembre de 2009

Desnudez

Titular de prensa:

"Desnudas por una buena causa"

No piensen mal. No es pornografía. Se trata de una noticia solidaria con fines benéficos.

Cuando la leí, lo primero que hice fue intentar la compra de varios de esos almanaques. Son muy bonitos, sobre todo tratándose del noble propósito que persiguen.

Además, descubrí que en las fuerzas de seguridad, emergencias y sanitarias (policía, bomberas, enfermeras...) el personal está bien equipado. Eso me produce una enorme tranquilidad.

Bendita desnudez.

9 de diciembre de 2009

Pelirrojo

Titular de prensa:

"La campaña ’Patea a un pelirrojo’ ,en ’Facebook’, deja siete niños heridos"

El contenido de esta noticia no me produce extrañeza pero sí preocupación porque de las redes sociales puede esperarse cualquier cosa.

Es aún más grave tratándose de niños que, sin ningún tipo de control, insertan contenidos y propuestas para movilizar a otros semejantes con fines socialmente reprobables.

Hace unos días, leí en otro periódico local la sanción impuesta por un juez a un caballero (?) que, movido por el despecho, publicó fotos de su ex desnuda en 'Tuenti'.

También con fotos, tomadas desde teléfonos móviles, comenzó aquel asunto consistente en mofarse de profesores o compañeros de manera despiadada.

Los defensores de las redes sociales argumentan que esto es como los coches. Cumplen una función que ya nadie discute. Sin embargo, la diferencia está en que a los niños no se les permite conducir un autómóvil por el riesgo que ello supone. Una red social de acceso libre para menores también plantea sus inconvenientes.

Esto no ha hecho sino empezar.

Bendita red.

8 de diciembre de 2009

¿Todo docencia?

Columna de prensa:

"La otra lucha del docente"

En este artículo se plantean varios problemas que el autor ha sabido entresacar del complejo panorama educativo.

  1. Habla de la remuneración del profesorado. Como todo funcionario, los profesores y los sindicatos representativos del sector siempre tendrán en su agenda este asunto. Ni es exclusivo ni excluyente. Si los parlamentarios, concejales y otros representantes públicos con menor riesgo buscan en la nómina una tranquilidad emocional y un reconocimiento a su trabajo, por qué no va a ocurrir lo propio con los docentes.
  2. El siguiente problema es fundamental. Se refiere al papel de los claustros en las decisiones educativas, metodológicas... que articulen la mejor actuación en el aula. Estoy de acuerdo con la apreciación que hace el columnista. Pone el dedo en la llaga de un asunto en el que a veces no se repara. Hay sesiones de claustro, no todas, donde cuestiones triviales adquieren protagonismo y diluyen o desplazan los problemas de fondo, que ni siquiera se argumentan o debaten por falta de tiempo o de interés. No tiene mucho sentido estar discutiendo cómo arreglar la cerradura de un armario cuando hay otros requerimientos más importantes que no se tocan.
  3. En su escrito también aborda el intervencionismo en la escuela por parte de aquellos que, habiendo abandonado el aula (desertado, dice al autor), dictan normas desde la atalaya de la Administración. En diversas ocasiones he criticado que haya departamentos (no sólo el educativo) que se nutran de funcionarios docentes para ejercer tareas que no son de esa naturaleza. Mucho más cuando esos profesores son excelentes profesionales de la enseñanza que desarrollarían en el aula una labor magnífica e insustituible.
  4. Termina el articulista pidiendo un grito desde dentro, con las claves del problema, y desde la parcela que concierne al profesorado. Deseo que los nódulos, que tanto afectan a esta profesión, no sean un hándicap para que ese grito tenga eco.

Bendita lucha.

7 de diciembre de 2009

TeleTwittercomunicación

Dos titulares de prensa:

"La mitad de los españoles gasta más de 75 euros al mes en telecomunicaciones"

"'Twitter', afrodisíaco para Demi Moore y Kutcher"

La primera noticia se refiere al gasto que se realiza en España en telecomunicaciones de carácter personal. Me sorprendió saber que somos los primeros de Europa. Y eso que estamos en crisis. En todo caso, tampoco es extraño porque somos bastante charlatanes. Anteayer estuve más de media hora pegado al móvil debatiendo con otra persona las ventajas del azúcar moreno frente al blanco... Después de aquel gasto inútil, nos vimos brevemente en una cafetería para tomar un barraquito con sacarina.

En la segunda se refleja algo que es más común de lo que parece. Cada vez hay más gente que dentro de su propia casa se comunica entre sí utilizando tecnologías o redes que fueron concebidas para largas distancias. Como todo, tiene su ventaja. Si el aliento está impregnado de una atmósfera de cebollas o ajos, este método puede ser muy útil porque nos permite mantener la comunicación sin tener que mirar para otro lado. De camino, también se ahorra pasta de dientes. En este contexto, el medio es el mensaje. Ya lo dijo hace tiempo McLuhan.

Aunque el sentido de mis palabras pueda sonar a crítica, participo de esta nueva forma de comunicación interpersonal.

Recuerdo que en la última Eurocopa de Fútbol estaba una noche en compañía íntima de una persona especial. Como no me quería perder aquel partido antológico, le envié un sms que ya tenía preescrito en mi teléfono. No pasaron dos segundos, recibí su atenta respuesta mediante otro sms que ella también había programado desde mucho antes.

En ese encuentro, tanto el trio arbitral como el cuarto árbitro disponían de pinganillos para comunicarse a distancias cortas. Aún hay más. Una de las tantas emisoras de radio que transmitía el partido habilitó un sistema de línea microfónica interior para comunicar entre sí a los comentaristas que compartían el mismo locutorio. Por tanto, hablar entre iguales dentro de un mismo entorno se está convirtiendo en algo tecnológicamente usual.

Bendito barraquito.

6 de diciembre de 2009

Crucifijos

Titular de prensa:

"El Congreso insta al Gobierno a retirar los crucifijos de los colegios"

Hace unos días se me ocurrió hacer un breve comentario a esta noticia, que informaba de la supresión de los crucifijos en las escuelas. Es un asunto controvertido. Como saben, suelo comentar informaciones u opiniones que entresaco de la prensa local de Tenerife. Algunos de mis estimados y comprensivos destinatarios hicieron un sano ejercicio de feedback y se me tiraron al cuello por lo que dije o, tal vez, por lo que interpretaron que quise decir y no dije. Incluso hubo uno que, siendo colaborador de prensa, se quejó por el envío de mensajes sin previo anuncio de disconformidad hacia mí. De todo hay en la viña del señor.

No obstante, sigo vivo y me gustaría matizar y profundizar algo más el contenido y alcance de esa noticia.

Personalmente, no me molestan los crucifijos ni tampoco el Corán o el escudo del Real Madrid o del Barcelona. En cosa de poco tiempo, hemos pasado de una sociedad de pensamiento abstracto a otra de pensamiento figurativo, simbólico. Tengo entendido que el Real Madrid es laico y no ha tenido ningún inconveniente en contratar a Cristiano Ronaldo.

En épocas anteriores, la presencia o ausencia de crucifijos en lugares públicos estaba íntimamente ligada al régimen político en curso, más que a la identidad religiosa o laica de los ciudadanos. Ahora, por lo que leo, parece que esa presencia (?) o ausencia obedece a cuestiones que invocan los Derechos Humanos. Ni el crucifijo es un cañón ni el Corán un proyectil con cabeza nuclear. Son simplemente signos externos representativos de una cultura o de una creencia.

¿Cómo se imbrica todo esto con el espíritu de la Alianza de Civilizaciones? ¿Son inconstitucionales los crucifijos?

Si la escuela es un foro de convivencia, ciudadanía y tolerancia, una microsociedad inmersa en una macrosociedad icónica y diversa, esa escuela puede armonizar la presencia pacífica, integradora y multicultural de símbolos que no atenten contra los derechos fundamentales o la dignidad de la persona. Aunque el Estado sea laico, sus ciudadanos son diferentes. Tienen sensibilidades y creencias. Ni todo es tan laico ni tan santurrón. Sería más oportuno lo ecléctico. El asunto no debería consistir en otorgar primacía a unos sobre otros porque no se trata de un monopolio. Pero tampoco es cuestión de pasar la apisonadora. Lo plausible sería la multipresencialidad. En el próximo Mundial de Fútbol ondearán muchas banderas juntas y nadie se rasgará las vestiduras, ni siquiera aquellos que están en contra de ese símbolo tan universal.

No soy fumador pero nunca me ha molestado que alguien en mi compañía disfrute de un delicioso cigarrillo, si esa es su 'creencia' o necesidad. Y tampoco tengo ningún inconveniente en acudir cada domingo a un restaurante diferente. Unas veces prefiero la cocina griega y otras la vasca. Hay días que consumo platos turcos y en otros prefiero unos sabrosos tollos en salsa con papas negras. Nunca este contraste conciliador me ha producido gastroenteritis ni conflictos ideológicos o doctrinales. Lo hago en virtud de mi Derecho Humano a elegir el plato preferido. Sin embargo, hay quienes optan por otro menú. Todo es compatible porque los restaurantes disponen de una carta variada y nuestros gustos son diferentes. Lo que no sería aceptable es que el cocinero te imponga un único plato o te deje morir de hambre...

No acabo de entender que se quiten los crucifijos de los lugares públicos y que, a la vez, se siga haciendo la Fiesta de la Cruz en Santa Cruz, propiciada y financiada por el Ayuntamiernto, que también es laico. Tampoco entiendo que se malgaste tanto dinero en aviones de guerra, que tienen forma de cruz, y son una letal amenaza para la vida. Un crucifijo, el Corán o un velo no matan. En todo caso, advierten, identifican, protegen o previenen.

Zapatero está en una encrucijada porque quiere contentar a todos y eso no es fácil. Afortunadamente, la presencia o ausencia de cruces no guarda un correlato mimético con una u otra ideología. Esa dicotomía ya está superada. Ahora la situación es otra y pudiera tener su contestación social o electoral. Eso lo sabe muy bien el presidente.

Privar a la gente de símbolos que forman parte de su idiosincrasia equivale a retirar una seña especifica de identidad. En el contexto actual, una sociedad sin símbolos es una sociedad apátrida, sin pasaporte.

Todo esto viene a cuento de que hace unos días comenté que en mi infancia viví con gente 'progresista' en el edificio San Wenceslao, enclavado en la calle Santa Dorotea del Niño Jesús, perteneciente al distrito de San Eugenio. Y nadie protestaba por el uso de esos significantes.

A este paso, me van a obligar a vivir en una tienda de campaña.

Bendita convivencia.

5 de diciembre de 2009

¿Censura web?

Se trata de otro frente que tiene abierto Zapatero y una de sus ministras. El problema es que ni entre ellos se ponen de acuerdo. Ella dice una cosa y él la desautoriza.

Sería bueno analizar también el problema desde una óptica semántica y conceptual. Este enfoque nos puede aportar algo de luz para entender que el mensaje del presidente tiene algo de verosimilitud.

Cuando se dice que no se va a cerrar ninguna página web, es posible que se esté jugando a favor con las palabras, los conceptos y la semántica. Una página web no es lo mismo que un sitio web. Lo segundo engloba a lo primero. Lo primero es una unidad y lo segundo un todo. Por tanto, cerrar una página web significaría clausurar el sitio web que la alberga, contextualiza y le da sentido.

Un sitio web es como un libro y una página web equivaldría sólo a una página de ese libro. Si mi intención es que un niño no lea una página, no la voy arrancar de cuajo. Eso sería una señal de incultura. Lo más oportuno sería retirarle todo el libro para evitar la posibilidad de acceso a otras similares. Ahí está el truco. En esta materia, intuyo que el presidente está bien asesorado.

Sin embargo, los medios de comunicación nos han acostumbrado a llamar página web a lo que es sitio web, hasta tal extremo de que ya es prácticamente imposible erradicar ese error conceptual tan arraigado. En el resto de Europa no ocurre esto. A cada cosa la llaman por su nombre.

Tecnicismos aparte, no creo que se cierre ninguno [sitio web] porque no iría en consonancia con la próxima entrega y regalo de los ordenadores escolares prematuros. No tendría mucho sentido que los niños de quinto de Primaria reciban ese ordenador y que luego no puedan descargar de la red sus películas preferidas o su música deseada. Muchos niños están esperando con ilusión ese momento.

Alguien tendrá que explicar con más detalle este asunto.

Bendito web site.

3 de diciembre de 2009

¿Cuarto poder?

Pasados unos días del luctuoso acontecimiento, observo que siguen saliendo en los medios artículos con otras disculpas por el modus operandi en que se ha tratado este asunto.

Tanta disculpa me induce a pensar en tanto daño. Podría ser el resultado de un simple algoritmo de correlación. Sin embargo, el daño es infinitamente mayor.

Cuando veo que la prensa se nutre de filtraciones, procedentes de estamentos administrativos o del poder, lo entiendo porque es permeable, como la naturaleza misma.

La prensa y el poder forman un matrimonio de conveniencia. Y en todo matrimonio hay confidencias.

Tiene su propia agenda, sus intereses, filias y coyunturas.

Gloría al más desgraciado y enjuicia al inocente. Es plural y ama el contraste.

Nació y creció para defender la libertad y los derechos fundamentales. Ahora, en su madurez, traspasa algunos umbrales impensables.

Luego pide perdón en un acto de honestidad e hipocresía que se estrechan la mano.

La prensa no es el cuarto poder. Estaba equivocado. Es el quinto, el sexto y el enésimo. Es el poder del poder en esta sociedad postindustrial.

A sus pies...

Bendita reverencia.

2 de diciembre de 2009

Agresiones docentes

Titular de prensa:


La cuestión no es baladí. Hay dos razones fundamentales que justifican la preocupación por este asunto:
  1. La enseñanza es un servicio público generalista.
  2. El profesor es un servidor público.

Por mucho que me lo expliquen, nunca entenderé que el revisor del Tranvía sea considerado 'agente de la autoridad'. Si en el tranvía viaja un profesor, lo lógico sería invertir los grados. En ese contexto, para mí, el profesor representa la autoridad (académica, cultural, social...) mientras que el revisor sería un empleado más, con todos mis respetos. El revisor del Tranvía no ha hecho oposiciones para ingresar en algún cuerpo de seguridad del Estado. El Tranvía no es la Guardia Civil ni la Policía Nacional.

En esta sociedad se utilizan patrones de medida muy curiosos. A mí me crea un enorme equívoco porque a unos se les reviste de autoridad máxima cuando a otros, que prestan una función social infinitamente más trascendente y arriesgada, se les priva del reconocimiento y respeto a su inmensa labor.

Si por no pagar en el Tranvía puede suponer una sanción de hasta 400 euros, agredir a un profesor sólo cuesta 90.

Extraigan ustedes sus conclusiones...

Bendita autoridad.

¿Sólo rectificar?

Rectificar es de sabios. Lo que ocurre es que la prensa pocas veces lo hace. Es posible que se deba a que casi nunca se equivoca (?) o a su inmenso poder.

El reciente suceso ocurrido en Tenerife ha obligado a la prensa a rectificar, después de haber emitido un juicio paralelo sin precedentes. Ha reculado ante un acontecimiento que informativamente se le ha ido de las manos.

La FAPE ha tocado 'generala' y los sindicatos de periodistas han puesto el grito en el cielo.

Este desgraciado suceso debe abrir una profunda reflexión en el seno de los medios informativos y en la propia sociedad.

Hay muchas preguntas que me hago:
  1. ¿Se contrasta debidamente la información?
  2. ¿Se deja actuar a la Justicia con sosiego y con el ritmo prudente y necesario?
  3. ¿Se deja intervenir a la Policía Judicial y Científica sin presiones informativas?
  4. ¿Por qué se hacen juicios paralelos y apriorísticos?
  5. ¿Los informes de urgencias médicas son solventes o están viciados por una psicosis de alarma social?
  6. ¿La presunción de inocencia es un derecho o una sospecha?
  7. ¿Qué repercusión y amplificación social tienen los linchamientos mediáticos?
  8. ¿Se hace un periodismo serio y consecuente?
  9. ¿Cómo se restituye el honor personal y las secuelas creadas por tanta tinta?
  10. ¿Rectificar es de sabios? Sí pero a veces es tarde.

En ocasiones, las personas y la sociedad civil están desamparadas ante una vorágine informativa desmesurada. No se trata de hacer una manifestación cívica en demanda de mayor rigor. Tampoco de condenar a la prensa como si fuera un producto residual porque es necesaria en una sociedad plural, participativa y democrática.

¿Qué hacemos, entonces?

Llevo años oyendo hablar de la autorregulación como un asunto esencial en la actividad periodística pero parece que nadie quiere coger el toro por los cuernos. La autorregulación no es censura sino un ejercicio de responsabilidad informativa. No hay que tener miedo a la autorregulación, salvo que sea vista como una merma de la libertad de expresión. Algo parecido ocurre en la política. Cuando alguien habla de suprimir el aforamiento de los diputados, éstos miran para otro lado.

La ansiedad por conseguir grandes titulares o exclusivas inéditas es un pecado capital de la prensa moderna, importado tal vez de la inmediatez radiofónica o televisiva. Furio Colombo, en su espléndido libro "Televisión: la realidad como espectáculo", analiza y describe este problema.

No veo tan grave que al socaire de unas fuentes seriamente confiables, se divulgue una noticia con el natural reconocimiento de la presunción de inocencia. Si la fuente es errónea, luego, puedes y debes rectificar. Lo grave es el juicio paralelo y el estado de opinión que se genera a partir de una información sin fundamento. Los medios y la sociedad nos estamos acostumbrando a 'investigar' antes que la Policía y a 'juzgar' antes que la Justicia. Esa es la gran reflexión que hay que hacer. Y, por supuesto, no echar la culpa a los lectores críticos de lo que ha sucedido. Éstos están al otro lado de la orilla.

Otro de los problemas es que muchos periodistas informan y opinan sin aceptar las críticas de sus lectores. Es como si estuvieran por encima del bien y del mal. El codeo con el alto poder les reviste de una prepotencia sin límites. Eso, sin contar con el vedetismo de algunos. Afortunadamente, cada vez hay más gente formada y analítica que espera y exige del periodismo una información contrastada y veraz. Esto no es una crítica, es una realidad.

Todos hemos ido más allá de la raya.

Bendita reflexión.

1 de diciembre de 2009

¿Qué periodismo?

En estos días, el triste y luctuoso acontecimiento recaído en Aitana, una niña del sur de Tenerife, ha conmovido a la opinión pública. Lo más grave es que ese estado de clamor popular y de linchamiento colectivo hacia el compañero de su madre se ha basado en informaciones cuya base no se correspondía con la realidad. Es muy grave que la prensa se convierta en un poder judicial paralelo, sobre todo cuando la verdadera Justicia aún no ha esclarecido la verdad de los hechos.

El asunto reviste la suficiente trascendencia como para hacer una profunda reflexión, tanto en las facultades de Periodismo como en las direcciones y redacciones de los medios informativos.

Una primera evidencia. En Canarias no se hace periodismo de investigación y, mucho menos, de precisión. Estas dos formas de indagar la realidad han quedado relegadas a los manuales teóricos, con desperdicio de sus nobles virtudes y efectos. En la práctica, nadie investiga. Todo va muy deprisa. El periodismo de moda es de despacho, agencias o gabinetes de prensa. Se reproduce lo que otros reproducen pero casi nadie hace ese triple contraste de las fuentes. ¡Qué pena!

La segunda evidencia tiene relación con la anterior. Parece como si hubiese un contubernio o matrimonio de conveniencia entre la prensa y el poder. Yo te necesito y tú me necesitas. Así que, cuidado con lo que dices. Si no hablas mal de mí, te contrato unos espacios de publicidad para que sigas sobreviviendo...

Un día intenté hacer una crítica constructiva del Tranvía en una radio local y me excomulgaron para siempre. Hasta Don Pepe sabe de lo que hablo.

Benditos juicios.

Estrés informático

Titular de prensa:


Y los 'guindillas' cuando dirigen el tráfico en una rotonda. Ambas son cosas evidentes.

A pesar de los avances tan espectaculares y rápidos de la tecnología informática, especialmente del hardware frente al software, la realidad es la que refleja esta noticia.

El antetítulo dice que el 4% machaca el ratón a golpes. Lo confirmo. Yo estoy en ese 4%. Hace unos días tuve un conflicto luctuoso con un mouse óptico. Eran las dos de la madrugada y el dichoso roedor se declaró en absentismo presencial, aunque a esa hora no tuvo la genial idea de irse a la playa. Noté algo rato. Me costaba terminar una aplicación en Visual Basic que debía tener funcionando esa misma mañana. El asunto era que el ratón se volvió torpe, revoltoso, intransigente, tozudo y remolón. No había manera...

Me produjo tal estado de tensión emocional que le entré a saco y sin anestesia. Primero estrangulé el cordón umbilical USB. Luego le propiné severas contusiones en los botones de babor y estribor. Como aún seguía con vida, le extirpé el led luminoso que tiene a la altura del ombligo. Y como tiro de gracia, lo comprimí con la única mano que tengo operativa como si estuviese haciendo un zumo de naranja en tiempos de crisis.
Cuando aquella criatura ya estaba a punto de fenecer, me miró con ojos de inocencia y me dijo con voz entrecortada y aliento extenuante:

- Yo no he sido. Es la alfombrilla.

Su súplica llegaba algo tarde. Descanse en paz.

Todavía hay mucha gente que tiene miedo a interactuar con el ordenador, ya sea por desconocimiento o por leyendas urbanas ancladas con persistencia en su cabeza.

Supongo que cuando la escuela acometa el difícil reto de las competencias digitales, la cosa cambiará a mejor.

El problema es quién le hinca el diente a este asunto, cuándo, con qué medios, en qué horario y de qué manera.

En cualquier caso, a la escuela se le están exigiendo demasiadas competencias.

Bendito estrés.

29 de noviembre de 2009

Porteros vs gorilas

De vez en cuando, la prensa alerta a la sociedad con crónicas de sucesos ocurridos en lugares de ocio y diversión. Lamentablemente, las puertas de algunas discotecas se están convirtiendo en foco de tristes noticias, especialmente cuando la figura del 'gorila' desplaza a la del portero.

Se trata de dos perfiles distintos. Lo que ocurre es que a veces actúan en la misma puerta.

Conozco a porteros de discoteca que son excelentes profesionales porque reúnen los requisitos adecuados para ejercer esta actividad. Son discretos, tienen mano izquierda y derecha y, sobre todo, poseen una psicología natural para resolver conflictos o situaciones extremas con algunos clientes.

No obstante, cuando acudo a unos de estos lugares, y en la entrada veo un 'gorila', doy media vuelta y me voy. Me producen mucha incertidumbre. Sé que puedo entrar pero no tengo tan claro si ya dentro o al salir me veré involucrado en una desagradable experiencia.

Por antonomasia, el lugar del portero es la puerta y el del 'gorila' el medio natural o un zoológico.
Espero que la normativa reguladora de este sector ponga a cada uno en su sitio.

Bendita naturaleza.

31 de octubre de 2009

Halloween

Cuando yo era niño, en la escuela no se celebraba esta fiesta. Ahora muchos maestros la encajan con martillo y cincel. Y la justifican didácticamente apelando a eso que llaman interculturalidad (!). Incluso hay algunos que, autoproclamándose nacionalistas, le dan más importancia a este producto exponencial de la globalización que a lo autóctono.

En estas fechas, me preparo para disfrutar con mis fiestas de siempre, que son la de la castaña, la de la batata y el próximo estreno de las bodegas el día de San Andrés. Y eso que no soy nacionalista sino centralista...

Si en 1797 le cepillaron el brazo a Nelson a unas millas de aquí, qué necesidad objetiva tenemos de incorporar en nuestra cultura tradiciones anglosajonas que no son propias. En la latitud del paralelo 28, tampoco entiendo eso del Papa Noel o el paseo romero que se inventó Zerolo en Santa Cruz. Ni aquí nieva tanto ni Santa Cruz es agrícola o ganadera.

Hace unos años, me comentaba un alumno ruso que él veía un riesgo latente en la incorporación de tantos países a la Unión Europea. Su argumento consistía en que esa pérdida o cesión de competencias nacionales supusiera también una pérdida de identidad en cada Estado. Aquel chico tenía catorce años y, en cierta o gran medida, no dejaba de tener razón.

Si alguien quisiera convencerme, estoy abierto a lo foráneo pero antes debería demostrarme que en Irlanda, EE.UU. o Inglaterra se hacen eco de nuestras tradiciones. Jamás he visto que Margaret Thatcher, Tony Blair o Gordon Brown, entre otros, celebren nuestras romerías o hayan participado en una regata de vela latina.



Nuestro ‘halloween’ siempre ha consistido en dar una vueltita por el cementerio para depositar algunas flores naturales ante la tumba de un ser querido. El hecho de encender una velita, degustar un hueso de santo o probar un exquisito buñuelo también forma parte de ese acervo.

Sin embargo, en esta ocasión he percibido que la crisis se ha encargado de minorar esa arraigada costumbre. Hace un rato estuve en el cementerio y vi menos vivos que otras veces, menos flores que de costumbre y menos degustaciones que antaño. Sí observé que proliferan las flores de plástico, esas que ni nacen ni crecen ni se reproducen ni mueren... No parecen las más apropiadas para un cementerio.

Los pocos vivos que coincidimos allí nos mirábamos unos a otros con cara de extrañeza. La crisis también se deja notar en los camposantos. La merma del poder adquisitivo, el precio especulativo de las flores y el halloween frenético de importación coadyuvan a ese desplazamiento de nuestras viejas costumbres.

Bendita fiesta.

28 de octubre de 2009

Goleada

Ocurrió anoche, en el partido de Copa entre el Alcorcón y el Real Madrid. David le endosó a Goliat 4 dianas antológicas. Poco después de concluir el encuentro, fui a una céntrica cafetería frecuentada por forofos del fútbol. Suelo ir por allí con asiduidad, no porque sea aficionado a este deporte sino porque preparan una exquisita ensaladilla ilustrada con la mejor cerveza de importación.

En principio, mi estancia en aquel lugar no debía ir más allá del tiempo necesario para degustar esos caprichos pero la sesión se volvió larga, intensa e interesante. Había un gentío incontable, cuya angustia nacional más palpable era la derrota del Madrid con tanta contundencia.

Transcurrieron más de dos horas hasta que abandoné aquel sitio. Durante ese tiempo, tuve la sensación de encontrarme en un país donde el fútbol capitaliza todas la críticas, las opiniones y la razón de ser de muchos ciudadanos.

Pertenecían a distintas clases sociales y todos exponían sus criterios amparados en un conocimiento de causa indiscutible.

Uno de ellos era albañil. Estaba en paro desde el alumbramiento de la crisis pero jamás le oí hablar de ese asunto. Sólo habló del Madrid.

Otro era suscriptor de una hipoteca. Estaba con la soga al cuello pero jamás le oí hablar de sus penurias. Sólo habló del Madrid.

Otro era notario y nunca comentó la pérdida de clientes por la disminución de las transacciones inmobiliarias. Sólo habló del Madrid.

Otro era taxista y no se quejó de la merma de ingresos ocasionada por la aparición de un nuevo depredador: el tranvía. Sólo habló del Madrid.

Otro era abogado matrimonialista. No le oí ni mus en lo referente a que la gente ya ni se separa. Sólo habló del Madrid.

Para ellos, el fútbol era el principal problema nacional.

Todos, excepto yo, que me limité a presenciar el debate haciendo de observador externo, como si de una triangulación de Elliott se tratara. En cierta medida, fui cautivo de aquel ambiente. Soy pensionista y tampoco hablé de la pérdida de mi poder adquisitivo. Sólo hablé de la ensaladilla, que es de lo que más entiendo, porque mi discurso en torno a un balón no hubiese tenido la altura del desarrollado por aquella gente tan preparada. Tuve que pedir nuevas cervezas ya que la noche me invitaba a ser testigo de primera mano de una irracionalidad desmesurada. Jamás pensé que el fútbol pudiera eclipsar por momentos los verdaderos problemas de un país y de una sociedad.

Mientras Laporta juega su propio partido orientado hacia la meta de un catalanismo particular, Valdano nos brinda su oratoria psicológica y metafísica impregnada del mejor intelectualismo que jamás haya conocido el césped.

Se trata de un mismo deporte pero de dos mensajes distintos. O tres, si tenemos en consideración el punto de vista acalorado, intransigente y multicolor de los aficionados.

Si el fútbol es una válvula de escape capaz de enmascarar otros problemas latentes, el día que no lo haya nos comeremos unos a otros.

Bendita pelota.

2 de septiembre de 2009

Inmunidad política

La clase política se distingue de otras clases sociales porque algunos de sus miembros gozan de bastante inmunidad. Nunca he entendido que este privilegio forme parte de las reglas del juego en un Estado democrático y social de derecho, donde todos deberíamos tener la misma consideración.

Ante el cúmulo de informaciones relacionadas con la gripe A, me surge una nueva duda de mayor alcance: ¿La clase política es inmune a esa gripe? Lo digo porque observo que no ha sido declarada públicamente como población de riesgo. El razonamiento es muy sencillo. Si hay que vacunar en primera instancia a los integrantes de los servicios esenciales (bomberos, policía, protección civil...), también habría que hacerlo con los políticos (gobernantes y oposición) porque constituyen un 'servicio esencial' en todo Estado moderno y democrático. Supongo que no están en el cargo por una cuestión de estética personal o por otros fines distintos al bien social. Otra cosa es lo que hagan o influyan desde el poder delegado que ejercen.

Es posible que los medios de comunicación hayan silenciado esta circunstancia para no generar más alarma social. Si se traslada a la opinión pública la conveniencia y necesidad de vacunar a todo político, se crearía un estado de psicosis colectiva imprevisible, donde incluso harían falta más vacunas. Sea como fuere, realmente deben vacunarse, simplemente por un puro principio de seguridad nacional y para evitar que se den situaciones de vacío de poder. ¿Qué ocurriría si se contagia todo el gabinete político de Sanidad? ¿Y de Educación? ¿Quiénes tomarían las decisiones sabias y pertinentes? No me imagino ver en Madrid a D.ª Trinidad o a D. Ángel inmersos en un estado febril. Como tampoco deseo que estornuden en Canarias D.ª Mercedes o D.ª Milagros. Eso no sería recomendable para el sistema.

En momentos de crisis, uno de los papeles estelares de cualquier gestor público consiste en trasladar mensajes de normalidad, precaución y control al resto de la población. Pero eso no se puede hacer con el termómetro bajo la axila o con el pañuelo eclipsando la nariz. Por tanto, es de absoluta necesidad vacunar a este estrato poblacional, para tranquilidad del resto de los ciudadanos. Incluso sería bueno que lo hicieran mediáticamente y de forma colectiva para dar una sensación de sosiego e inocuidad ante los efectos secundarios del principio activo.

Es posible que no adopten este procedimiento aunque es cierto que más de uno estaría privado por salir en la foto junto a una jeringuilla. Supongo que se vacunarán con la mayor de las discreciones para evitar una crítica masiva amparada en el argumento de que este acto sería un nuevo indicador de su exquisita situación de privilegio.

Ojalá esta vacuna consiga minimizar un estado de crispación crónica y térmica residente en la vida política. Aunque lo dudo porque esa crispación es interesada y obedece a objetivos ajenos a cualquier terapia sanitaria. Me conformaría con que tuviesen la cabeza fría para orientar el rumbo de una sociedad que espera mucho más de los que gobiernan y de los que opositan.

Bendito estatus.

1 de septiembre de 2009

A la gripe

El comienzo del nuevo curso es inminente y algunos ya empiezan a estornudar. Aunque la 'A' mayúscula sigue siendo la misma, el criterio de su potencial peligrosidad ha cambiado.

Durante el periodo estival he examinado distintas informaciones provenientes de la esfera pública como antesala de lo que se espera. Para curarme en salud, a principios de agosto me inyectaron la primera dosis contra el tétanos, por si acaso. Dentro de unos días debo recibir la segunda y antes de un año la tercera y última. Todo lo que he leído y escuchado ha servido para crear en mí una sensación de incertidumbre, improvisación y cierto temor ante una situación nueva y desconocida. Me temo que se darán muchos palos de ciego y que el sistema educativo será una víctima más sin remedio.

Hasta ayer el criterio oficial establecía que un 40% de la población sería vacunada. En ese contingente figuraban los alumnos hasta 14 años. Hoy, la cosa ha cambiado. Parece ser que ya no se vacunará a ese alumnado ni al profesorado. Paradójicamente, observo que se amplía el espectro de vacunación a un 60% de los ciudadanos. ¿Qué nos dirán mañana?

En medio de este baile informativo y criterial, leo en la prensa que los centros de enseñanza han de habilitar un aula ventilada para aislar al alumnado que presente algún síntoma de alerta. Además debe haber en ella un adulto a su cuidado. ¿Será el profesor más nuevo en el escalafón? Cuando uno lee estas cosas no sabe si le están tomando el pelo o si se trata de una medida sopesada y con criterio. Cuanto menos me produce escalofrío y unas décimas de fiebre. Por un momento pienso en las zonas de medianía de nuestras islas. Entrado el otoño, si ventilamos generosamente el aula, eso conlleva una circulación de aire fresco y húmedo que puede incentivar aún más el estornudo y la sensación de contagio. Supongo que debió caérsele el pelo al gestor de esta brillante idea. En los manuales de organización escolar, siempre se ha insistido en que las aulas deben tener la suficiente ventilación e iluminación, con independencia de una situación de pandemia o de otra circunstancia coyuntural adversa. ¡Qué broma es ésta!

Si el riesgo evidente tiene relación consustancial con la concurrencia de personas de diferente procedencia y edad (alumnos, profesores, padres, personal auxiliar...), las medidas que se adopten han de perseguir el menor contacto posible entre ellas. En un centro educativo es bastante complicado porque aún no estamos preparados para la enseñanza no presencial. Además hay otras razones de naturaleza social y asistencial que lo harían inviable.

Pero llegado el caso, si el efecto real se agudiza, habría que tomar medidas mucho más expeditivas que esa 'genialidad' consistente en disponer de un aula aislada y ventilada. En Francia no se andan con chiquitas. El virus puede producir una nueva revolución.

Entre otras, pudieran adoptarse varias decisiones transitorias que diezmarían el ya precario sistema:

  1. ¿Suspender las visitas de padres? Así se evitaría la entrada en el centro de personas potencialmente portadoras de la enfermedad.
  2. ¿Suspender las actividades extraescolares dentro del centro? Así se evitaría la permanencia prolongada de una parte del alumnado y su contacto con el personal que las desarrolla.
  3. ¿Suspender los exámenes orales? Así se evitaría la proximidad física entre el examinador y el examinando. Este tipo de pruebas produce tos y cierto malestar.
  4. ¿Suspender la enseñanza de la letra A? Así se minimizaría la fobia creciente hacia esta querida vocal.
  5. ¿Suspender los recreos colectivos? Así se evitaría la concurrencia de muchos alumnos en un espacio común.
  6. ¿Suspender el transporte escolar?
  7. ¿Suspender los comedores escolares?
  8. ¿Suspender el envío de los ordenadores prometidos? Así se evitaría la aparición de otros virus concurrentes con el primero.
  9. ¿Suspender el diálogo entre la Administración y los sindicatos? A estas alturas, tengo serias dudas acerca de quién está en una situación de mayor riesgo.
  10. ¿Suspender las medidas aprobadas? El tiempo lo dirá...

Nunca un año sabático ha tenido tantas probabilidades de instaurarse.

Bendita vocal.

31 de julio de 2009

Villa Goteras

Es una casa pequeña, terrera, cercana al salitre y situada en el noroeste de una isla. Los alisios la refrescan cada día y el paso del tiempo demuestra que la oxidación es un proceso irreversible e implacable. La construyeron mis progenitores hace cincuenta años, con sangre sudor y lágrimas. No llega a 70 metros cuadrados, cubiertos por una capa porosa de hormigón de la época.

Recuerdo que mi padre le daba una lechada de cemento una vez al año, para tapar pequeñas grietas y evitar humedades molestas e innecesarias. En aquel contexto, la tela asfáltica y las pinturas impermeabilizantes eran inusuales. Así, escapamos durante muchos inviernos. Pero la realidad pone de manifiesto que toda lechada, tarde o temprano, caduca. Es como la vida, se hace y también se acaba.

Aquella casa suele ser el lugar donde paso una parte del verano. Para combatir el calor, desde siempre, la fachada ha estado pintada del color más puro. En el lugar, la conocían por 'la casa blanca' (con minúscula) aunque después de este último invierno, largo, frío y excesivamente lluvioso, he tenido que reconsiderar su anterior denominación. Incluso, ya he encargado un nuevo cartel para evitar equívocos. Desde ahora se llamará 'Villa Goteras'. En realidad, el nombre no deja de ser sintomático. Circunstancialmente, justifica la presencia de fuertes lluvias y mi descuido impermeabilizador. Y, funcionalmente, evoca situaciones inolvidables para mucha gente que ha pasado por ella. Si entras, es probable que salgas mojada, le advertí un día a una amiga próxima. Pero, erre que erre, veo que le gusta la humedad.

La estancia es agradable y fresca. Siempre tengo a mano algún licor carmelitano, un whisky añejo o unas cervezas de triple fermentación. En la vieja despensa, hay mohos dispersos que conviven con algunos espárragos enclaustrados en un frasco hermético. De vez en cuando aflora por allí un paquete de almendras ranciosas. Eso sí, nunca falta una lata de anchoas ni una caja de palillos de dientes, de los de antes. Para amenizar los encuentros, un anciano alemán que vivió en ella durante algunos inviernos me regaló un entrañable transistor de tres bandas. Es una maravilla. También hay una colchoneta inflable para casos de fuerte marejada. Va equipada con bengalas multicolor por si hay que lanzar algún SOS inesperado. En la casa no hay lujos pero nunca escasea el agua. Baja desde el techo como si viniera de Sierra Nevada. Es un agua cristalina, filtrada, de manatial propio.

De San Juan a Corpus, hacemos alguna fiesta en su interior. Suele ser para gente de confianza y que sepa nadar. En la última que celebramos, todos respetaron el protocolo. Nadie se desprendió de la gabardina y la mayoría iba con botas de agua. En 'Villa Goteras', el agua es la protagonista y la humedad su mejor pariente.

Hace unos días, solicité un presupuesto para hacer más anhidro aquel espacio vital. Me dijeron que ésta es una buena época porque convergen dos coyunturas favorables:
  1. Aún no han llegado las primeras lluvias del otoño.
  2. La mano de obra resulta ahora más barata.

Cuando recibí la factura proforma de los materiales, casi me ahogo. El Diluvio Universal era una mezquindad ante tanta lluvia de números. Lo más barato, los decimales. Me inundaron la cabeza con nombres que yo nunca había escuchado: pintura con fibra multielástica, rollos impermeables de polinosequé, cinta selladora, líquido de imprimación, rodillo de lana. papel de lija, blanqueador de pared, pintura antimoho... ¡Vaya vocabulario!

Eso me pasa por no haber seguido la sana costumbre de mi padre.

Bendita lechada.

30 de julio de 2009

Vacuna educativa

La palabra 'vacuna' conmueve y está de moda. Junto a otra, 'crisis', son las dos que más he escuchado en las últimas semanas.

En cierta medida, guardan una relación intrínseca e indiscutible. Si una pandemia representa una seria crisis para la salud individual y colectiva, la vacuna surge como el mejor antídoto para minimizar su presencia y expansión. Es una lástima que no haya habido vacunas para la otra crisis, la que empezó hace más tiempo y que ya ha afectado a una población de riesgo universal.

Acabo de leer en la prensa que se tiene la intención de vacunar a todos los profesores. Sin duda, conforman un grupo de riesgo. Siempre lo han sido, frente a la gripe común de todos los cursos y a la falta de reconocimiento desde los poderes públicos y la propia sociedad. Espero que el precio de esta vacuna no sea descontado de su nómina. Sin embargo, la duda que me asiste es si habría que administrarles varias vacunas. Una contra la gripe A, urgente y justificada, y otras para las otras 'gripes' históricas que tanto malestar han creado en los profesionales de la enseñanza.

Cada vez que oigo hablar de la 'población de riesgo' y de los criterios de vacunación me entra escalofrío. La población de riesgo es algo hipotético, estadístico e inexacto mientras que el virus es real, invasivo y potente. Puede aparecer en cualquier momento y en todo lugar. Lo de la gripe A no es una broma. Es tan importante que incluso se escribe con mayúscula. Por tanto, la población de riesgo somos todos, hasta el propio virus, aunque no haya vacunas para todos.

Si en el ámbito educativo se la suministran a los profesores, se evita potencialmente un posible contagio de éstos hacia los alumnos, entre sí y de los alumnos hacia ellos. Sin embargo, eso no representa una garantía total. También me dicen que se vacunará al alumnado hasta los catorce años. Si es así, la medida me parece insuficiente porque la enseñanza obligatoria termina a los dieciséis.

Con todo, hay preguntas que me producen inquietud. ¿Y no vacunan al inspector? ¿Y al ayundante del inspector? ¿Y al conserje? ¿Y al chófer del director general? ¿Y a los asesores? ¿Y a la señora de la limpieza? ¿Y al concejal del centro si aún no ha sido cesado? ¿Y a la auxiliar administrativa? ¿Y al personal de comedor que atiende a los niños? ¿Y al repartidor de los alimentos? ¿Y a los padres que vienen a entrevistarse con los profesores? ¿Y al guardián-jardinero? ¿Y al cartero? ¿Y al monitor de actividades extraescolares? ¿Y al conductor del autobús escolar? ¿Y al revisor del tranvía? ¿Y al librero? ¿Y al proveedor del material de oficina? ¿Y al cura de la parroquia? ¿Y al sepulturero...?

Un centro educativo no es un compartimento estanco. Es una microsociedad dinámica en permanente contacto con una macrosociedad heterogénea no inocua.

Vacunar a los profesores y a una parte del alumnado es un parche. Si el riesgo es global, la cobertura también debe serla. A grandes males, pequeños remedios.

Bendito criterio.

29 de julio de 2009

Tengo dinero

La afirmación no es mía. Y el estatus subyacente tampoco.

La escuché de boca de un anciano con complexión atlética con el que coincidí casualmente en la puerta de una entidad bancaria. Fue ayer, a eso de las 10 horas, 2 minutos y algunos segundos. Yo acaba de hacer una operación financiera, de carácter rutinario, consistente en extraer 10 euros de un cajero automático. Todas las semanas, el mismo día y a la misma hora dispongo de esa misma cantidad. Con ella, amortizo los descafeinados matutinos y alguna que otra cerveza vespertina.

Mientras yo salía, él se disponía a entrar. Por un instante, envidié sanamente su apariencia lozana y su indumentaria juvenil y deportiva. Iba ataviado con equipaje de ciclista. La cabeza bien protegida, un pantalón corto y ceñido, zapatillas adecuadas, gafas especiales y una hermosa bicicleta de competición. Aquella estampa cautivó la mirada de los transeúntes que pasaban por el lugar.

Pronto me percaté de un asunto vital que invadió su cabeza y la mía. Resulta que aquel hombre tenía que entrar en esa entidad pero no podía dejar la bicicleta en la calle. Es una zona donde hay una alta densidad de 'chorizos' y cualquier despiste se paga caro. Si a eso le añadimos que el sistema financiero no dispone de un parking reservado para los clientes, entonces es fácil hacerse una idea de esa complicada situación. Nunca he comprendido esta circunstancia, cuando resulta que los bancos gozan de beneficios multimillonarios provenientes de las operaciones de sus clientes. En cualquier supermercado, por menos, me ofrecen un amplio aparcamiento, un carrito para llevar la compra e incluso me cuidan al sobrino.

La puerta de acceso era estrecha, concebida para clientes de a pie. Tenía doble hoja pero una de ellas estaba inmovilizada mediante un anclaje de seguridad. Intuyo que en la sucursal ya lo conocían. De inmediato, la subdirectora salió a su encuentro y le abrió las dos puertas de par en par. Ante la mirada expectante del resto de los clientes, pronunció esta frase lapidaria: tengo dinero. Mientras accedía al interior, la repitió varias veces: tengo dinero, tengo dinero... Entró envuelto en una atmósfera de seguridad y ascendencia, como si fuera el presidente de la junta de accionistas. Los esquemas se me bloquearon y el biorritmo también. No sabía si lo que estaba viendo respondía a un sueño emergente de verano o si era una nueva realidad urbana, natural y sin mayor trascendencia. Jamás había visto un ciclista con la bicicleta dentro de una sucursal bancaria. Aquello parecía una escapada en solitario porque nunca llegué a ver al resto del pelotón. La verdad es que me impresionó.

Durante todo el día no he hecho sino pensar en la dichosa frasecita. Si se tiene dinero, se tienen las puertas abiertas en cualquier sitio. No importa la vestimenta ni el medio de locomoción. Da igual si se va en bikini o en una falúa. Lo que no entiendo es por qué no habilitan las puertas de los bancos para dos perfiles de clientes tan distintos. Unas más anchas para dar cabida a los potentados con sus bicicletas y lujosos coches y otras más estrechas para los que sólo extraemos 10 euros cada semana.

Bendita igualdad.

28 de julio de 2009

Se vende

No se trata de un coche ni de un piso. El anuncio lo acabo de ver en una heladería. Había varias neveras abarrotadas de helados y, entre ellas, destacaba una completamente vacía, sin iluminación interior, sin vida, de la que colgaba un enorme cartel con este mensaje: SE VENDE.

Aquel anuncio me llamó poderosamente la atención porque cuando acudo a una heladería no espero encontrarme con ese tipo de transacciones. Me resulta más sugerente adquirir los sabores preferidos antes que el continente que los alberga. ¿Para qué quiero una nevera específica y sin helados?

Lo primero que hice fue preguntar al propietario por qué la vendía. Me explicó la razón invocando la consabida crisis. Por lo visto, las ventas no guardan una correlación natural con las altas temperaturas. Ha hecho un estudio económico y ha visto que si mantiene activo ese frigorífico, le genera más pérdidas que si se desprende de él por la vía de urgencia. Por eso lo vende. También me habló del consumo eléctrico, del gasto de mantenimiento y de la volumetría, como elementos no coadyuvantes en la actual coyuntura.

Llegado a un punto de la conversación, le pregunté: ¿A qué vienen los clientes a este establecimiento? A comprar helados, me dijo. Entonces, si vienen a comprar helados, no es muy probable que salgan de aquí con una hermosa nevera. Por tanto, le indiqué que es difícil que alguien se la compre desde la propia heladería y con ese cartel un tanto interiorista y sin mayor resonancia. No obstante, antes de irme, le dejé en su cabeza una propuesta no descabellada: se la compro si me la vende llena helados y sólo por el precio de los helados. Aquel hombre se lo está pensando...

En defensa de mi 'arriesgada' propuesta, le argumenté que algunas entidades financieras y muchos medios de comunicación utilizan una estrategia muy sutil para vender productos propios que algunas personas se resisten a comprar. Para ello, ofrecen como reclamo otros artículos que no son inherentes a su actividad productiva o económica. Conozco un banco que me ha ofrecido ordenadores y vajillas si le deposito unos ahorrillos ganados en una partida de parchís. Hay periódicos de mi entorno que a menudo reclaman mi lectura ofreciéndome tazitas de café y boberías diversas que no sé dónde demonios las voy a poner. Una cosa no tiene nada que ver con la otra. Sin embargo, entiendo que mi oferta fue bastante coherente. Es como si compro unos zapatos y solicito que me los vendan con la caja.

Siempre he tenido una visión compartimentada de la actividad económica, distante de solapamientos y competencias desleales. De pequeño, me había educado en una cultura sectorial donde las boticas sólo vendían medicamentos y las ferreterías clavos. Lo cierto es que todo está cambiando de tal manera que ya casi nada me resulta extraño. Si mi doctora me ofreciera una PSP por confiar en ella, por qué voy a rasgarme las vestiduras si en aquella heladería han decidido vender un inmejorable frigorífico. Que un banco 'comercialice' artículos no financieros o que un periódico 'regale' chucherías me resulta difícil de digerir pero tendré que acostumbrarme.

Hay una necesidad imperiosa de vender porque casi nadie se decide a comprar.

Bendita economía.

27 de julio de 2009

El Tour

No hace falta especificar que el El Tour es el de Francia. Si no fuera así, no sería El Tour. Antes fue El Giro y después será La Vuelta. Italia, Francia y España protagonizan los tres eventos ciclistas más importantes del mundo.

Sin embargo, El Tour de este año ha sido muy diferente. Ha habido dos carreras paralelas. Una en la carretera y otra en los hoteles de concentración. La sombra permanente de Armstrong no fue suficiente para eclipsar el poderío y la bravura de Contador. Viendo las imágenes de esta 96ª edición, me vienen a la cabeza las hazañas de Indurain, Olano o Perico Delgado.

El final de este Tour no se recordará precisamente por la exquisitez institucional y protocolaria que suele ser habitual en una competición de élite. Cuando en deportes como el fútbol o el tenis España queda en lo más alto, siempre veo una representación institucional más completa y acorde con la ocasión. En el ciclismo no ocurre así, siendo El Tour el rey de reyes en el ámbito internacional.

Este año, además, el triunfo de Contador, previsto y esperado de antemano, ha tenido dos episodios grises, coincidentes en el día en que su protagonismo y valía le alzaban al podio. Sarkozy sufre un yeyo mientras corría a pie y el himno nacional danés servía de fondo al reconocimiento definitivo de un nuevo maillot amarillo español.

Hay que dar gracias a Dios porque el presidente no iba en bicicleta y porque el primer himno que sonó no fuera el de Gibraltar.

Bendito protocolo.

24 de julio de 2009

Favor inmobiliario

Hace unos días, una amiga entró en contacto conmigo para que le hiciera un favor inmobiliario. De antemano, me asusté porque no entendí muy bien el alcance de esa solicitud. En primera instancia, pensé que se trataba de una insinuación ocasional. Luego me lo aclaró. El asunto tiene su miga y algo de historia. Resulta que está intentando comprar un piso y creyó que con la crisis lo iba a conseguir 'regalado'. Cuando aterrizó en la realidad, se dio cuenta de esta evidencia: una cosa es que las inmobiliarias ya no vendan tanto y otra muy distinta es que el precio sea asequible. La venta de pisos está por los suelos pero el precio se sitúa en una cota mucho más alta.

Recuerdo que en mi infancia los paquetes de chiques tenían un valor ponderado, elástico pero no especulativo. Si su precio justo no llega a un euro, no sería lógico que se ofertaran a un niño anteponiéndoles un factor sobredimensionado de naturaleza exponencial. Eso podría generar problemas de stockage, caducidad, paralización económica, discriminación social, angustia, impotencia... El chicle es un sector más de la economía. Aunque no está catalogado como alimento, todo niño tiene derecho a su acceso.

Me contó el 'vía crucis' que ya había iniciado en busca del ansiado 'chozo'. Se ha recorrido toda la ciudad. Ha visto más pisos que el repartidor del butano. Su primera intención es vivir sola. Para ello, le basta con una casita de tres habitaciones y si tiene algún retrete, mejor. Con uno es suficiente. La limpieza de los baños es una de las tareas domésticas más laboriosas, concienzudas y delicadas. Todo lo que había visto hasta ese momento estaba por las nubes y excedía lógicamente de su presupuesto personal. Hasta que una tarde vio un anuncio que parecía un milagro. Se trataba de un piso céntrico, pequeño, enclavado en un edificio del siglo pasado, con la fachada algo desteñida, piscina, cancha de tenis y recién reformado.

Ella quería que la acompañara porque sabe que soy metódico, detallista y me gusta ver las cosas con 'lupa'. Sin embargo, cometió la imprudencia de no advertir a la señorita de la inmobiliaria acerca de mis manías y preferencias personales. Durante la visita, adopté el más absoluto silencio porque no era yo el potencial comprador. Solamente me limité a observar y registrar mentalmente el resultado de esa experiencia. Nunca me había pasado algo igual. La bomba explotó después.

Al día siguiente, mi amiga recibe una llamada telefónica para saber si le había gustado el piso. Obviamente, dijo que no y expuso varias razones para dotar de coherencia interna su decisión. Aquella señorita me inundó de piropos. Le dijo que yo había estado muy seco, tenso, serio y raro. Es posible, ya que a medida que fui viendo cada dependencia se me venía el alma a los pies. Al menos, una cosa quedó clara: no sirvo para político porque no sé disimular.

Todavía conservo lo más significativo de mi valoración:

  1. La cuota de comunidad me pareció galáctica.
  2. La piscina y la cancha de tenis sirven para justificar un gasto de mantenimiento.
  3. El piso tenía dos baños y ahora tiene tres. Interpreto que el paradigma de 'Villa Meona' está en auge.
  4. En la habitación más pequeña, si se entra de frente, lo más práctico es salir de culo.
  5. La mediana era algo mayor que una PSP.
  6. El dormitorio principal está provisto de ese invento moderno y constreñido consistente en incorporar con martillo y cincel un baño privado. El resultado es que el inodoro queda a dos palmos de la almohada.
  7. La parte principal de la vivienda mira a un patio interior y está orientada al poniente. Eso significa que durante toda la tarde hay un sol de justicia que caldea la casa.
  8. Para mitigar esa penitencia calórica, se instaló un equipo de aire acondicionado, con el consiguiente gasto adicional en electricidad y mantenimiento.
  9. Se eliminaron unas jardineras exteriores. En su lugar, ahora se posan las palomas dejando un testigo inconfundible de su visita.
  10. Carece de garaje. Decía Tonucci que uno de los problemas más importantes de las sociedades urbanas reside en tener un sitio donde poner a los niños y a los coches.
  11. Percibí una desproporción entre la dimensión de los espacios vitales y los rincones superfluos.
  12. Los remates de la obra los vi muy sobrios.

Con esa perspectiva, es difícil que sonría.

Bendito precio.

23 de julio de 2009

De Rodríguez

Cada año, cuando se acerca el mes de agosto, caigo en la cuenta de que mi primer apellido es Rodríguez. En realidad, durante los otros once meses también soy Rodríguez pero no voy 'de Rodríguez'.

Hace unos días me encontré con un amigo de la infancia, al que conocí hace más de cuarenta años en la escuela primaria. Desde aquella época, él se autodenominaba 'Pollaboba', hasta tal punto de que siempre he tenido la duda de si se trataba de un apodo o de un apellido. Por respeto, nunca he querido indagar ese asunto. Lo cierto es que ese significante representa la antítesis de su perfil. En la escuela era el más listo y en la sociedad también. Multiplicaba de cabeza y ahora trae a todo el mundo de cabeza.

Cuando nos vimos, estuvimos tomando unas copas y hablando de nuestras vidas y del entorno social y familiar donde nos movemos. Fue una conversación muy simple, algo que suele ser habitual cuando se coincide con una persona conocida a la que no se ve desde hace mucho tiempo. Me preguntó cómo estaba. Le dije: 'de Rodríguez'. Por deferencia, también le hice la misma pregunta. Él me contestó: 'de Pollaboba'.

Tenía tantos hijos que no recordaba el nombre de cada uno. Era propietario de una lujosa mansión donde también vivían su suegra, dos perros y un mayordomo. La mujer se había ido con otro pero él se sentía muy feliz con una embarcación de recreo que lo distinguía de los demás. Cuando me tocó el turno, no sabía qué decir. En realidad, mi patrimonio no es tan suntuoso. No tengo barco sino un viejo timón de tea para marcar el rumbo en esta complicada sociedad. En el Registro de la Propiedad está inscrita una tienda de campaña hipotecada y llena de parches por todos lados. Sin embargo, mi mayor tesoro es la vinculación a una familia infinitamente comprensiva, incluso cuando estoy 'de Rodríguez'.

Tradicionalmente, estar de Rodríguez siempre ha tenido una carga peyorativa y hasta compasiva y misericordiosa. Nunca lo he entendido muy bien. Cada vez que experimento esta situación me siento muy autónomo. Es una necesidad vital, una afirmación de la personalidad y un encuentro con uno mismo. Es como sentir el éxtasis de la vida contemplativa durante un mes. No es una crítica ni la válvula de escape de un estado de ansiedad insoportable. Es, simplemente, un placer individual y transitorio, compatible con otros deleites colectivos del ámbito familiar.

Tengo toda la casa para mí. Soy el dueño del mando a distancia. No debo explicar a nadie por qué consumo más jamón de pata negra que en otras fechas. Las cervezas circulan por la nevera con bastante fluidez. Las anchoas y los berberechos impregnan el hogar urbano de un inconfundible olor a bajío. La lavadora parece más grande. El cuarto de baño está siempre libre y no tropiezo con nadie en el pasillo...

Por lo que veo, mientras yo disfruto 'de Rodríguez', otros lo hacen 'de Pollaboba'.

Bendito estado.